domingo, 27 de febrero de 2011

El niño que quería cambiar de siglo (capítulo 1) Antonio Lozano


Tras acabar de leer la última frase del libro, Enrique lo mantuvo aún entre sus manos unos instantes. Eso hacía cada vez que la historia recién leída lo había atrapado de manera especial, quizá porque lamentara llegar a su fin –siempre que disfrutaba de algo,  ya fuera un libro o su postre favorito, le pasaba lo mismo-  o porque interiormente se resistiera a dar por concluido el relato y se empeñara en seguir prolongándolo.
            A decir verdad, en pocas ocasiones le sucedía eso. Las más de las veces, daba por terminada la lectura con el punto final, o con la palabra FIN cuando el autor decidía indicar así que aquello había terminado. Se dirigía entonces a la estantería, colocaba cuidadosamente el libro en el hueco que había dejado al ser retirado, y recorría después con el dedo índice los demás,  acariciando de cuando en cuando el lomo de alguno de ellos, señal de que podría ser el elegido. Pero si los libros sintiesen -eso es algo que nunca se sabrá, aunque Enrique estaba convencido de que así era-, sabrían que el roce de la yema de los dedos no indica elección definitiva hasta que aquél se convierta en leve presión, justo en el lugar en que se encuentra el título. Un nuevo espacio se abre hueco entonces en el estante, y a Enrique le gusta fantasear con que, del pequeño vacío dejado, acaba de sacar quién sabe cuántos personajes por conocer, enigmas por descifrar, ciudades por conocer, océanos por surcar.
            Haber elegido el sustituto del libro recién cerrado no significa en absoluto que Enrique haya terminado su relación con él. Hasta el día siguiente no dará por concluida la lectura, porque volverá a adentrarse en él cuando, al llegar la noche, escuche la voz de sus padres reclamando que apague la luz. Son esas las únicas ocasiones en que Enrique obedece sin rechistar, porque, para él, esa será una noche de lectura sin libro, y una lectura sin libro, todos lo saben, no necesita luz. Vuelve entonces a saborear las historias que quedaron presas en las estanterías, a revivir los detalles más jugosos de la aventura, o a alumbrar aquellos otros a los que no prestó –por esos caprichos que tiene eso de la lectura- atención suficiente.
Y se despide finalmente de los personajes que lo han acompañado durante los días anteriores cuando los párpados se hacen tan pesados que, por mucho empeño que ponga el niño, lo dejan en brazos del mismísimo Morfeo, aquel dios de los sueños del que tuvo noticias en un hermoso tomo sobre mitología griega que le había regalado su madre al cumplir los diez años.
            Fue al despertar cuando se dio cuenta Enrique de que alguna idea indefinible le rondaba la cabeza, una de esas ideas que parece nacer por su cuenta y sin permiso en el interior de uno, aprovechando por ejemplo las largas horas de la noche pasadas durmiendo. Sí, eso tuvo que ser, pensó Enrique, habrá sido la noche la culpable de ese revoloteo que tan intranquilo lo tenía desde que el zumbido del despertador lo devolvió a la cruda realidad de todas las mañanas.
            Mientras engullía los cereales que su padre le había dejado sobre la mesa de la cocina, la idea pareció decidir al fin ir tomando forma, y mientras caminaba, con su mochila a cuestas, hacia el colegio, supo con toda claridad de qué se trataba: él era un niño que quería cambiar de siglo.
            Desde que aprendió a descifrar el misterio de las letras y descubrió que de la combinación de esos 27 simples signos podían salir tantas y tantas historias, no dejó un solo día de pasar algún rato delante de un libro. En ellos había aprendido la mayoría de las cosas que sabía y, en ellos, había viajado algunas veces por tiempos remotos y otras por otros aún por llegar, se había codeado con valientes corsarios, ballenas indómitas, gladiadores revoltosos, dinosaurios peleones, astronautas temerarios, en fin, toda suerte de personajes que habían pasado a formar parte de un mundo que a él sólo pertenecía, algo así como una familia que él mismo se había formado para él solito.
            Aquel día, no se pudo concentrar como solía hacer en clase, y la voz del profesor se convertía en un murmullo que servía de fondo al pensamiento al que daba vueltas y más vueltas: cambiar de siglo, sí, recorrer tiempos pasados o futuros, también, vivir aventuras extraordinarias, suyas únicamente, claro que sí… ¿pero cómo?
Cuando llegó la noche, ya había encontrado la respuesta y, para asombro de sus padres, anunció que se iba a meter en la cama una hora antes de lo habitual y sin necesidad de que hubiera que repetírselo diez veces. Al levantar la sábana, descubrió todo lo que había guardado bajo ella, todos los libros que había seleccionado cuidadosamente a lo largo de la tarde para construir con ellos la gran aventura de su vida, la que le iba permitir cumplir su sueño de cambiar de siglo. En la portada de uno de ellos, una enorme carabela desafiaba un mar bravío; en otra, un cíclope se enfrentaba a un soldado armado con una espada; más allá, un hombre vestido con piel de oso lanzaba su lanza a las fauces de un dinosaurio. Sí, sin duda en el interior de todos esos libros Enrique encontraría los ingredientes de la gran aventura que se disponía a vivir.

Concurso de Cuentos Infantiles

CajaCanarias convoca una nueva edición de su Concurso de Cuentos Infantiles

CajaCanarias ha invitado, un año más, a los escolares canarios a participar en el Concurso de Cuentos Infantiles Escritos por Niños que esta entidad impulsa con el fin de premiar la creatividad de los más pequeños de las Islas. El plazo de entrega de trabajos finaliza el próximo 25 de marzo.

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27/2/2011 - 08:51
SANTA CRUZ DE TENERIFE, 27 (EUROPA PRESS)

CajaCanarias ha invitado, un año más, a los escolares canarios a participar en el Concurso de Cuentos Infantiles Escritos por Niños que esta entidad impulsa con el fin de premiar la creatividad de los más pequeños de las Islas. El plazo de entrega de trabajos finaliza el próximo 25 de marzo.

El certamen está dirigido a escolares de entre 6 y 14 años, naturales o residentes en Canarias. En esta edición, CajaCanarias otorgará un total de veinte premios en regalos, cinco galardones en cada una de las distintas modalidades: de 6 a 8 años, de 9 a 10, de 11 a 12 y de 13 a 14 años, según un comunicado de la entidad.

Los participantes podrán concurrir con originales de temática libre y el jurado del certamen valorará la inventiva y la capacidad creativa de los autores. Los cuentos deberán estar escritos a mano, tener una extensión máxima de tres folios tamaño Din A4 y mínima de dos, así como dos ilustraciones en color, de idénticas dimensiones, realizadas por el propio autor.

Otra de las condiciones estipuladas para participar es que los relatos y dibujos deberán ser inéditos. Asimismo, en la portada y en un lugar bien visible deberá figurar el título, la edad del autor y un lema, que también figurará en un sobre aparte, dentro del cual constarán los datos personales y el centro donde cursa estudios el participante.
Los concursantes deberán remitir sus originales por correo postal al Área de Obra Social y Cultural de CajaCanarias sita en la Plaza del Patriotismo, número 1, código postal 38002, Santa Cruz de Tenerife, o bien presentarlos en cualquiera de las oficinas de esta entidad de ahorro en las Islas.

El jurado estará integrado por personas de reconocido prestigio en el ámbito literario y cultural del Archipiélago y todos los relatos galardonados, junto a los dibujos realizados por sus autores, serán editados por CajaCanarias dentro de un volumen de la colección '¿Te contamos un cuento?'.

viernes, 25 de febrero de 2011

Comienza el Taller de escritura

  Desde que alguna idea surgió en la mente de alguien del IES Joaquín Artiles, han pasado algunos meses, en los que se ha ido gestando un proyecto, madurando y cocinando a fuego lento hasta que, por fin, ya podemos ver los primeros "brotes verdes". Efectivamente, Antonio Lozano propuso crear un Club de lectura y escritura en nuestra comunidad educativa, surgiendo como respuesta un numeroso grupo de entusiastas alumnos, padres y profesores que pronto se pusieron  manos a la obra. El Club de lectura ya está funcionando y pronto se celebrará distintos seminarios dedicados a varios autores. Por otro lado, se ha creado un blog, El Lagarto escribidor, en el que ya se publican distintos textos (poesía, microrrelatos, cuentos, artículos de opinión, etc). Pero aún faltaba el tercer trillizo: la creación de un relato o novela (ya se verá) de forma colectiva, una manera de aprender a escribir, de experimentar y compartir, igual que cuando se dan los primeros pasos antes de echar a andar. Pero para ello necesitamos un espacio abierto libre de obstáculos y nuestro blog "El Lagarto escribidor" se nos ha quedado algo estrecho. Es por esto que se ha creado un nuevo espacio: el "Taller de chapa y escritura", un blog enlazado con "El lagarto escribidor" para no perdernos. En este nuevo espacio se publicarán los sucesivos capítulos (que también se publicaran en el primer blog), sin embargo, aquí podemos compartir información y otras secciones relacionada con la historia o relato que irá surgiendo.

     En estos momentos hay unos treinta participantes que irán publicando sus respectivos capítulos de forma sucesiva cada tres o cuatro días, siendo el sábado a las 24 horas y el miércoles a las 24 horas los momentos de publicación. También se ha establecido el orden de publicación hasta llegar al último miembro, tras el cual se volverá a repetir el mismo orden señalado. Esta información se detallará en la próxima reunión del lunes 28 de febrero (en el recreo).

jueves, 24 de febrero de 2011

Medio pan y un libro.

Discurso de Federico García Lorca al inaugurar la biblioteca de su pueblo, Fuente Vaqueros.





"Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí." "Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre", piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía. Ésta es la melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño y ruín, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión.


Por eso no tengo nunca un libro, porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y contento de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada.

No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.

Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros?

¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: ‘amor, amor’, y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: ‘¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!’. Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida.

Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: ‘Cultura’. Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz.





Locución de Federico García Lorca al Pueblo de Fuente de Vaqueros (Granada). Septiembre 1931.

martes, 22 de febrero de 2011

Pésame

Odio este junio negro que se lleva a las madres
y te deja el acero clavado en lo más hondo de tu alma,
entre costelaciones de lágrimas de amor.

Odio la noche negra que avanza traicionera
raptora de alegrías, asesina de sueños.

Entre la oscuridad parpadean los recuerdos de mi infancia
y en el silencio, escucho sus pasos acercarse a mis grietas de rabia,
y en el desorden dolorido de mis emociones,
pasean erguidas por mis venas las penas de mi llanto.

PACO NAVARRO.

lunes, 21 de febrero de 2011

CARTA DEL ABUELO.

Querido amigo:

               Los hijos se han marchado. Solos en esta casa inmensa esperamos ansiosos que suene el teléfono y oír sus voces, o que la perra ladre porque alguno de ellos pudo venir por casa. La perra también les echa de menos y está siempre atenta a cualquier ruido. Conoce el ruido que tiene el motor de sus coches y a veces se equivoca y se pasa un buen rato ladrándole a la puerta a la espera de que alguno la abra para olfatearle los zapatos y saber de sus vidas…  Siempre con prisas, “cargados de trabajo”.
La cisterna gotea. Nadie la arregla. Parece que hace falta oír intermitentemente  al hidro saltar y reponer la pérdida. Si todos tuviéramos un hidro y pudiésemos reponer las pérdidas, nuestras pérdidas, incluso las de alma rasgada, …
            Las luces apagadas para ahorrar energía hacen más negra la oscuridad de nuestras vidas y esta pesada carga  que ahora soy yo para ella, me humilla, pero a pesar de todo le voy ganando al desaliento. Los nietos solamente aparecen en días señalados… ¡Dichosos estudios! .
           Un año más, la sociedad secuestrada por el consumo,  nos maltrata. Nos obliga y nos somete a sus dinámicas. Ahora toca San Valentín. Ya sabes, lo mío es más complejo, pues me siento un estorbo de esta casa vacía…  Pero ¡mierda!, ¿qué importa?, me lleno de energía para pensar un verso, para latir un verso que la haga sentir bonita, tal y como la veo a pesar de los años. Siempre radiante, joven y fresca como en el primer día.

“Salinera, salinera, sonríe y saca la sal,
que el sol desde el cielo mirándote está,
y calienta fuerte con rabia infernal
porque sabe niña que en tu corazón
nunca habrá vacío, lo llenaré yo,
de estrellas, de lunas, de noches de amor.
¡Sonríe, mi niña! , ¡que te quiero ,amor!”

          Ella se alegrará y me dará un beso en la mejilla. Siempre me consuela con sus besos y  sus abrazos. Siempre…

Hoy es un día especial… San Valentín.

Los hijos se han marchado. Perdona que esté triste.
               Un beso.

Autor: Paco Navarro

sábado, 19 de febrero de 2011

Daddy (III)


     Tengo 28 años, he dejado atrás los tomateros y a mis familias. Les di las gracias mil veces y me siento muy agradecido y ya les dije que les iré a visitar. La señora ya tiene 86 años y seguro que me va a costar vivir sin sus consejos e historietas. Ahora me he ido a Tejeda con Mamadú. Trabajo para el Cabildo como guarda forestal. Gano mucho más dinero y hago lo que me gusta. Estoy en el campo con los árboles, regando, podando, formando simulacros de incendio con helicópteros. La verdad es que todos somos un equipo y si uno falla, los demás también. Me siento muy arropado. Nadie me mira por encima de hombro, pensando mira ese negro que viene de los tomateros. Al revés, me tratan como si fuera un ejemplo de superación. Vivo en una cabaña especialmente para los guardas. Cuando te levantas en invierno a las 5:00 de la mañana ves un mar de nubes, que te envuelve. Pones la mente en blanco y te olvidas de tus problemas. He enviado la mitad el dinero que he guardado en todo el año para mi familia de Senegal y la otra mitad para “mi mamá” de Agüimes.

     A mis 48 años soy el coordinador de los guardas forestales más jóvenes. Soy muy considerado e intento que todos se lleven bien o por lo menos que sean compañeros. Procuro que todos sean un equipo y que aprendan que todos son importantes porque cada uno de ellos tiene una cosa especial. Ahora vivo en un cuartel donde tengo una habitación solo para mí. Comemos en un comedor donde las cocineras vienen de Arucas. Ellas me han llevado este año a la fiesta de su pueblo por San Juan. Me costó entender la fiesta de las hogueras ya que de donde yo vengo nunca se ha visto eso. A las 12 de la noche tiraban fuegos artificiales y la gente hacía asaderos. Comían chuletas de cochino, panceta y chorizo. Es una comida típica de celebración. Hay cosas que cuando yo tenía 7 años jamás había visto. Se llaman ordenadores y que todo el mundo usa. A través de ellos un compañero le envía dinero a mis 2 familias y le mando información aunque lo malo es que nunca recibo noticias de ellos. Seguramente mi madre haya fallecido pero me queda la esperanza de que mis hermanos comerán un plato caliente. No sé nada de Mamadú, se fue de Tejeda hace unos siete años. Él me dijo que se había ido otra vez a Agüimes después de pasar la mitad de su vida aquí. Seguía muy agradecido al pueblo que le dio mucho.

     Me he jubilado. Por fin he cumplido los 60 años. Me he ido a vivir a la playa de Arinaga. Vivo en una casa al lado del mar. Cuando me levanto, abro las ventanas y noto la brisa marina en mi cara. Ese olor es maravilloso. El panadero me deja el pan en la puerta recién hecho.

     Hoy será un día maravilloso porque voy a ir a casa de Mamadú, que hace muchos años que no lo veo. Voy a recordar mi historia con mi gran amigo y compañero fiel. Como ya he dicho, se llama Mamadú, es de Senegal como yo, y tenemos muchas historias que recordar. (Fin)


Autora: María R.P.R., alumna de 2º ESO del IES Joaquín Artiles, ha sido la ganadora, en el municipio de Agüimes, delIIII Certamen de Cuentos Solidarios.

viernes, 18 de febrero de 2011

Daddy (II)


     Una noche, un día. Una noche que se veían las estrellas me imaginé que podía tocarlas, ser el rey de un mundo que no conocía. Por las mañanas escuchaba el ruido de las olas chocando bruscamente con la barca y tenía fe en que no se volcaría. La verdad era mucho más que eso. Los bebés de un mes o de tan solo días lloraban sobre la congelada piel de la madre. Muchos de nosotros se murieron por falta de alimento ya que escaseaban las galletas y el arroz. A mí la verdad es que no me faltó de nada, estaba en una esquina que era la más privilegiada. Cuando nos acercábamos a tierra, cada vez estaba más convencido de que ese era mi lugar. Divisábamos grandes barcos como un edifico flotante. Era maravilloso. De repente se acercaron hombres vestidos de blanco y rojo. Más tarde entendí que eran los de la Cruz Roja y Salvamento Marítimo. A esas personas siempre les estaré agradecido. Curaron y alimentaron a muchos de los míos.

     Pasé a manos de los servicios sociales del Gobierno de Canarias. Nos integraron en un instituto y nos enseñaron costumbres españolas. Cada día se me hacía más cansino ir al instituto. Mis compañeros blancos me miraban por encima del hombro mientras yo me resignaba. Me sentía muy mal, por las noches estaba rodeado de gente que como yo había llegado por mano de los servicios sociales. Estoy en la última litera al lado de la ventana.

     Cuando miro por las tarde y veo a los chavales jugando al fútbol me pregunto por qué yo no estoy ahí, yo estoy aquí encerrado en una cárcel para senegaleses. La única persona que me escuchaba era mi amigo Mamadú que estaba en la segunda planta. Nos contamos todo y siempre nos ayudamos. Pero sé que el próximo día tendré otra vez que ir al instituto, donde todo el mundo se cree mejor que yo, o eso percibo.

     Cumplí 16 años, llevo un par de meses buscando curro. Un empresario de la Villa de Agüimes dedicado a los tomateros me contrataría como aparcero. Me pagaría 156 pesetas por semana. Aunque no es mucho dinero, me paga. La gente de la Villa de Agüimes es muy humilde y solidaria. Desde que nos vieron en la playa de Arinaga nos intentaban ayudar pero los de la Cruz Roja no los dejaban por asuntos sanitarios. Vivo con una familia al lado del barranco de Guayadeque. Su casa está en una cueva grande y húmeda. El dinero que me dan se lo doy a la señora de la casa y ella lo administra en comida y cosas básicas. Mi jefe nos trataba muy bien a mí y a Mamadú. Mamadú vive en la calle y mi “familia” le deja comer alguna vez en casa. La verdad es que la familia es muy pobre en cuestión de dinero pero es muy rica en el amor. (Continuará)

Tomás Morales, Día de las Letras Canarias 2011

El Día de las Letras Canarias  2011 se celebrará el próximo lunes 21 de febrero dedicado al poeta Tomás Morales. Se prevé para este día numerosos actos en las Islas Canarias y en Madrid, en donde está previsto practicar el bookcrossing.


En el  blog "Literatura canaria" del profesor Bruno, profesor de Lengua castellana y Literatura del IES Josefina de la Torre (Vecindario), podrás encontrar información del escritor y poeta gran canario en un atractivo formato.


http://literaturacanaria.blogspot.com/2011/02/sobre-el-sonoro-atlantico.html
                                     (Haz clic aquí)

jueves, 17 de febrero de 2011

Daddy I


     Me llamo Daddy y tengo 60 años. Hoy es un día muy especial para mí, hoy voy a recordar mi historia con un gran amigo y compañero fiel. Se llama Mamadú, es de Senegal como yo, y tenemos muchas historias que recordar.

     Me levanté, me vestí y me tomé un café como cada mañana. Me dijiria a su casa lleno de ilusiones y cuando lo vi, sentí que no había pasado el tiempo para ninguno de los dos. Tenía una imagen en mi cabeza que jamás se me ha olvidado: estaba retorciéndose en la arena de la playa. Cuando nuestras miradas se cruzaron sabíamos que estábamos destinados a compartir una vida plena juntos. Los dos chavales empezaron a correr y a chapotear en el agua, como si de dos aves se tratara. Nunca volví a sentir ese grado de felicidad, hasta ahora.

     Me levantaba muy temprano para ayudar a mi madre, que no tenía el suficiente dinero para criar a mis seis hermanos. Yo era el mediano, con 7 años y el más pequeño con 3 meses. Iba al mercado a unos 3 km más allá del poblado. La verdad es que no me gustaba ir a la cuidad. La gente se qritaba, había muchísima basura arrinconada al lado de las aceras y muy mal olor por los cadáveres que había entre la basura. Esas personas fallecían porque no conseguían trabajo, es decir, no tenían dinero y muchos de ellos terminaron en la bebida. Era un núcleo de enfermedades en el año 54. La verdad es que en la aldea nos cuidaban mucho, con poco nos conformábamos. Jugábamos con piedras y trozos de madera.

     Nosotros dos muy pronto tuvimos que madurar, hubo una crisis. Mi familia no tenía dinero y solo teníamos dos posibilidades: jugarnos la vida o morir allí. El día 23 de Agosto fue el día en el que cumplí 14 años. De regalo mi madre, con la ayuda de la aldea, nos dio una cantidad de dinero que jamás había visto. Nos estaban pagando el viaje en el cayuco, con rumbo… ni se sabe. Ese día me juré a mí mismo que nunca olvidaría a mi familia, ni a mi aldea, ni a mi perro Cheik. Iría en busca de una gran aventura y nunca defraudaría a mi familia. La verdad que no sabía lo que me esperaba. Una tarde tranquila. Las personas con las que conviviría durante una semana se despedían de sus hijos y mujeres. El embarcadero estaba a rebosar. La gente sonreía al ver que sus familiares iban a encontrar una vida mejor y que mandarían dinero a casa. El cayuco parecía resistente y compacto para una travesía corta. Estaba relleno de mantas y de algunas provisiones para el viaje. Cada vez con más ansias deseaba entrar al "barco". (Continuará)

lunes, 14 de febrero de 2011

Alumnos del IES Joaquín Artiles premiados en el III Certamen de Cuentos Solidarios

     EL LAGARTO ESCRIBIDOR quiere felicitar a los seis alumnos de 1º y 2º de ESO del IES Joaquín Artiles premiados por el Ayuntamiento de Agüimes en el  III Certamen de Cuentos Solidarios.

      María R del P R, alumna de 2º de la ESO del IES “Joaquín Artiles” , consiguió el primer premio de la fase municipal en categoría infantil por el trabajo titulado “Dady” en el que plasma su visión de los Derechos Humanos, tema del certamen de este año.

     María representará al municipio de Agüimes en la fase insular del proyecto Gran Canaria Solidaria, puesto en marcha por la Coordinadora Insular de Solidaridad de Gran Canaria dependiente del Cabildo.

     El jurado decidió otorgar una mención especial a Silvia H D, alumna de 1º de la ESO del mismo centro de enseñanza, por el trabajo Mi vida, mi vida nueva”


Fuente: Revista Tara.com 
http://www.revistatara.com/modules.php?name=News&file=article&sid=19025

Prefiero



Si he de mentirte alguna vez
prefiero que sea en la noche cerrada
cuando las lágrimas puedan esconder su brillo
y el viento anuncie la despedida
como el puñal traicionero.

Si he de lamentar lo vivido
prefiero recoger los cristales rotos
de las ventanas abiertas
por las que entraron tantas mañanas
antes de que llegara el mediodía.

Si he de mencionar una palabra
prefiero que sean las tuyas
para llenarme de ti
y hacerte prisionera
en mis pensamientos.

Y cuando los años se cansen
prefiero contarlos
para saber cuántos perdí,
cuántos te debo,
cuántos no me cansaría de contar
y esconderlos en el bosque de tu esencia
antes de partir a las cruzadas sin fe
para morirme sin mí,
en los desiertos anónimos,
en el furor de batallas sin enemigos,
y disfrazar de leyendas
las guerras sin causas,
las derrotas ajenas,
las esperanzas abiertas
que se desangran
y fluyen
sin fin.

sábado, 12 de febrero de 2011

Inés y la alegría.

 
     Acabo de leer "Inés y la alegría", el último libro de Almudena Grandes. Después de haber leído "El corazón helado", un libro monumental de la misma autora, éste se queda pequeñito. Es una novela histórica sobre un intento de invasión de España por los Pirineos del ejército dependiente del PCE en el exilio. La historia se centra más en la relación de Inés y Galán, una burguesa progresista y un militar comunista. Inés es cocinera y la novela está escrita muy desde la cocina. No hay apenas escenas bélicas del episodio histórico que Franco ocultó a los españoles, pero es interesante el ejercicio que la autora hace por trasladarnos los hechos históricos desde su visión política y a través de una relación amorosa tan curiosa. Un buen libro, aunque no esté a la altura de otros de Almudena Grandes, como el antes citado, "Malena es un nombre de tango" o "Los aires difíciles".

viernes, 11 de febrero de 2011

Leo Messi, Premio Nobel de Física

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La Real Academia Sueca de la Ciencia ha decidido otorgar el Premio Nobel de Física a Lionel Andrés Messi, conocido también como Leo Messi, futbolista argentino que actualmente juega en la Primera División española de fútbol y en la Selección de fútbol de Argentina. 
Sin duda alguna, ésta sería una grata noticia para todos, en especial para el pequeño gran jugador, que, aunque sus habilidades con el balón a veces desafíen  a la Física, ya tiene bastante con el fútbol como para encerrarse horas y horas en un laboratorio enfundado en una bata blanca., y que conste que no lo digo por el color.  Pero lo más sorprendente es que aún queda un largo año para llegar al inocente día del 28 de diciembre.
Digo todo esto porque puede que no conozcan al lanzaroteño Blas Cabrera y Felipe, al que el Parlamento canario ha decidido, por UNANIMIDAD, dedicarle el Día de las Letras canarias, reservado para homenajear  cada año a un prestigioso escritor canario. ¿Y qué? Se preguntarán ustedes con toda la razón del mundo ¿Es que por ser lanzaroteño no se merece un homenaje de este tipo? Por supuesto que sí, sería suficiente con verlo  en una foto de 1930 rodeado por una treintena de los físicos, como él, más importantes del mundo, incluidos Marie Curie y Albert Einstein, pero a pesar de ello NO ES ESCRITOR.
Tan magno “gatillazo” de nuestros ilustrados representantes, no puede pasar desapercibido  y se hace necesario tomar algunas medidas urgentes, para evitar que estas situaciones se repitan con tanta frecuencia. Por tanto, ahora que se acercan las elecciones, sería recomendable exigir a los próximos candidatos que superen una pequeña prueba de cultura canaria o al menos el examen PISA.

lunes, 7 de febrero de 2011

Reunión del Club de lectura

El próximo jueves 10 de febrero se celebrará en la Biblioteca, durante el recreo, una reunión para abordar distintas cuestiones sobre el Club de lectura.

domingo, 6 de febrero de 2011

Diferente

      Érase de un corazón en huelga de amor, en lucha afectiva por la dignidad de sus latidos. Érase un corazón triste, aburrido, labriego de una huerta sin mirada, huérfano de alegría, sin ocasión de risa, sin momentos.  En ayuno de cariño despertaba en la noche. Sudoroso, soñaba con la muerte. Ausente de si mismo iniciaba el regreso imaginario a otro amor que un adiós hizo pasado. Harto de ser un corazón autorizado decidió sin respeto de la duda mirar a sus vecinos corazones.  Cargados de rutinas palpitaban sin poder descansar ni un solo instante, orgullosos de mantener la vida. Millones de colegas juguetones, saltarines, bailarines, más fuertes, deportistas, músicos, lectores, cocineros, borrachines, mentirosos, … nada les preocupaba.  ¡Sistólicos días! , ¡Diastólicas noches! . Así se saludaban  altaneros. Érase un corazón independiente, celoso de sus emociones, amigo de la lágrima furtiva que atravesaba el desierto de su rostro por saludar el pecho ardiente y tierno, amigo del suspiro profundo que libera, de la mano que estrecha a los amigos, de la palabra que reconforta, de la luz.
Érase un corazón que aprendió a perderlo todo y seguir vivo. Érase un corazón que enamoraba.

sábado, 5 de febrero de 2011

Alhambra.

Aljarifes de sueños que invitan a vivir
la arquitectura en sus ojos morunos
con reflejos de espejo de Arrayanes.
Agua sin prisa que canta y llama,
agua de olvido y de recuerdos,
agua que fluye sin rencores
buscando un acabar de cuento de hadas.
Fortaleza rojiza ¿quién heredará tu califato?
¿Acaso algún visir imaginario
enamorado de la perspectiva Torre de Comares
o de tu firme geometría envidia de Vitrubio?
Alhambra, mora mía.
Se nota en esa tez de sultana invencible,
en esos arcos firmes que voltean sobre pilares fuertes
elevada en el cerro sobre las catedrales,
que te has enamorado de Granada.
Alhambra, eres historia que vive en mis andares
y me ocupa el recuerdo en horas cotidianas.
Fue tu vivir en mí un halo de nostalgía,
un tiempo que sentí y ya no recordaba...
y note que a mi alma, con tu color de adobe,
como al olmo en Machado, algunas hojas verdes le han salido.
Alhambra de conquista, camino de los tristes
que no pueden quedarse y desde la distancia
te sienten, te viven e ilusionan como amantes prohibidos,
escondiendo unos ojos cargados de rocio
por miedo a un delator que lea sus miradas.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Carmen Jodra



En el año 1999, Carmen Jodra Davó -por entonces con sólo 19 años- ganó uno de los más prestigiosos certámenes poéticos: el XIV Premio de Poesía Hiperión. El libro era Las moras agraces. El adjetivo “agraces” significa “sin madurar”, y le va al libro maravillosamente. Los poemas de esta autora, las moras de las que también habla el título, eran entonces un soplo de frescura, poemas nacidos de la juventud de quien los escribió, pero sin que por ello dejaran de mostrar ya una voz singular que pedía su espacio. Entre los poemas de aquel libro traigo uno a este rincón de la poesía por su significación, porque me ha parecido desde entonces un hermoso canto en el que nos identificamos todos los letraheridos, todos los afectados por el veneno de la literatura:

Señores, yo sé bien de los venenos
de la literatura:
la tiranía impúdica y terrible
de una Belleza impura
que nos mancha los labios de palabra,
los ojos de figura
y el cerebro de sueños o pecados,
en flagrante, diabólica impostura.
No la deseo a nadie,
y nadie debe desearla nunca,
pero benditos los que se someten
a su mirada oscura.

El orden



El orden
¿Quién ha dicho que los libros no tienen vida?
Tamaña insensatez sólo puede venir de quien no haya convivido con ellos. “Convivir”, es decir, “vivir en compañía de…” Sin ir más lejos, ayer tuve la enésima demostración. Mientras ordenaba libros en los estantes de mi estudio –y refugio- tuve que reubicar una novela, La joven de la perla. La bajé un estante, empujado por la necesidad de espacio para otra adquisición más reciente. Entonces lo noté: la novela respiraba, suspiraba más bien. Se agitaba y se sacudía ella misma el polvo de sus páginas entre mis manos. Protestaba esa novela –estoy seguro- y comprendí su reacción. Lo entendí todo –sin mediar palabras- al ver que el descenso en el estante la obligaba a dejar arriba, arrimada junto al panel de separación lateral, un libro de relatos que también se tambaleaba desde su sufrimiento, Del amor y otros relatos, de Chejov. ¡Quería seguir junto a ella! Ni se le ocurría calibrar por un solo momento la posibilidad de que a partir de ahora, durante meses –o años- tuviera que verse obligada a quebrar su promesa de amor para pasar a sentir el roce áspero del lomo de esa otra innombrable novela que nunca le había gustado.
¡Están vivos, los libros! Yo lo sé muy bien… Por eso hoy, acuciado por el remordimiento, subí al estudio y devolví la novela a su anterior ubicación. No me importa haberme saltado el orden alfabético. La sonrisa que intuí en el reencuentro de aquellos dos libros, el calor que desprendieron en mis manos al juntarse… eso está por encima de cualquier otro criterio de clasificación. Desde ahora tendré más cuidado al mover dos libros, o al intercalar uno que pueda romper SU orden.

martes, 1 de febrero de 2011

La enfermedad

     Nunca fueron suficientes los años perdidos entre algodones, sin apenas salir de la casa; los rezos diarios; las miles de horas vigilantes; las pesadillas advirtiéndoles de todos los peligros o el celo con que fue educado aquel niño enfermizo. El médico, Don Celestino, fue siempre muy preciso y categórico: al menor síntoma sería necesario ingresarlo en el Hospital, su salud correría un grave peligro.
Con los años, también, se fue marchando la gente y aquel pueblo fue envejeciendo con los vecinos que quedaron. El niño se convirtió en un hombre, pero sus padres, precavidos, permanecían vigilantes, como hacía veinte años. Al final de la primavera, la savia, al igual que el deshielo hace correr con ímpetu los ríos entre los cañones, como un torrente, hace brotar con fuerza la naturaleza y la sangre parece descongelarse para volverse caliente. El aire se perfuma y llena a los lugareños de sensaciones indescriptibles.
Su olor a jazmín, dulce y penetrante, le llegó cuando despertaba una mañana. Se asomó a la ventana de su castillo de marfil, la vio subir por la colina, con su pamela achampanada, de la que escapaba su larga cabellera azabache, que ondeaba al viento, alegre y festiva. Sus grandes gafas de Sol cubrían un rostro angelical, cubierto de pecas que salpicaban su piel blanca y delicada.
El corazón de aquel hombre, al verla, dio un vuelco y sus palpitaciones galoparon inesperadamente. Su madre, presintiéndolo, fue hasta su habitación y, tras dar un grito, corrió hasta el teléfono, marcando angustiada las teclas: “!Don Celestino, Don Celestino…mi hijo se ha vuelto a enamorar!"